martes, 22 de noviembre de 2011

El Futuro y la Reducción de las Libertades Individuales

Quisiera comenzar aclarando, y pidiendo disculpas, dado que no soy Antropóloga, ni Etnóloga, ni Política, ni Socióloga; sino Psicóloga; por lo que el lenguaje y los desarrollos que aparecerán en estas líneas pueden no estar a la altura de los eruditos. Mas mi intención es exponer lo que creo sobrepasa las regulaciones o normativas que podemos esperar (y hasta exigir) por ser miembros de una sociedad.

Ya cuestionaba Freud el porqué de la elección de los hombres a vivir en sociedad; el porqué de preferir reducir el placer individual en pos de la convivencia en grupos. Su conclusión, reducida en pocas palabras fue: los beneficios sobrepasan las desventajas. Me pregunto que diría Freud hoy si fuera nuestro contemporáneo. Me pregunto si la balanza no declinaría a favor de las desventajas.

Mi postura es simple, conforme pasan los años las libertades individuales se reducirán en mano de normativas y leyes que más que proteger al hombre, protegerán el gasto público y privado.

Si retomamos un poco la historia, podremos ver que este tipo de regulaciones comenzaron a hacerse notables en el ámbito de la seguridad vial. La mayoría de las regulaciones del ámbito vial estuvieron y están destinadas a la protección de terceros; sin embargo, existen algunas que no posee tal objetivo; por ejemplo: el uso del cinturón de seguridad.
La única lógica que sostiene la obligatoriedad del cinturón es la reducción del gasto público o privado. Dado que, ante un accidente, la reducción de lesiones desciende considerablemente; lo que se traduce en un menor gasto para las aseguradoras o para aquellos países en donde el servicio de salud es gratuito.
Si bien creo que debe ser obligatorio el uso de cinturón para los menores de edad, sostengo firmemente que para los adultos debería abolirse tal normativa; dado que legisla sobre una conducta individual que no tilda de temerosa ni influye o causa daños a terceros.

Mi preocupación comenzó a gestarse desde la aprobación de esta ley; pero nunca imaginé que pasaría tan poco tiempo hasta que se intentara legislar sobre otro tipo de conductas individuales; tal es el caso de las nuevas leyes contra la obesidad.
Son varios los países que están legislando, e incluso “sancionando”, en cuestiones que no son más que trastornos alimenticios. Japón y algunos Estados de Estados Unidos son algunos de los países con derecho a multan a los ciudadanos con sobrepeso. Argentina, Venezuela y México, también han comenzado a legislar sobre este aspecto. Y aunque la obesidad se defina como “crisis epidemiológica”, no justifica legislar sobre ello.
Estás normativas no solo bordean la ridiculez al decirnos qué y cuanto debemos comer, o cuán seguros debamos ir dentro de nuestro automóvil; sino que sientan precedentes para continuar con una línea de “intrusión justificada” a nuestras libertades individuales.